Por Juan José Ugarte, Presidente Corporación Chilena de la Madera (Corma)
Desde el mundo de la madera vemos con preocupación lo que está pasando con la disminución de los bosques en nuestro país. Desde el 2012 en Chile se dejó de plantar bosques productivos, y la tarea de reforestar las hectáreas afectadas por los mega incendios del 2017 y 2023, ha sido imposible de asumir para los PYMES, dejando como resultado más de 150.000 hectáreas sin cobertura vegetal y erosionadas.
Como consecuencia, no estamos cumpliendo las metas comprometidas en la estrategia nacional para enfrentar el Cambio Climático de: plantar 60.000has de nuevo bosque, manejar 60.000has. de bosque nativo para aumentar su capacidad de captura, contar con un plan de manejo a escala de paisaje de 1 millón de hectáreas y disminuir un 25% los daños por incendios, sino que vamos en la dirección contraria.
El balance de emisión de Gases de Efecto Invernadero de Chile señala que cada año, estamos arrojando a la atmósfera cerca de 56 millones de toneladas de CO2eq. -generadas en su mayoría por la quema de combustibles fósiles- algo que no logran contrarrestar las masas forestales, que se han visto diezmadas por los incendios y la deforestación.
La tarea de reducir esta brecha entre emisiones y captura la realizan en nuestro país y en el mundo entero los bosques, reconocidos como el único camino para llegar de manera oportuna y eficaz a la meta.
¿Seremos capaces de organizarnos entre los distintos actores para que, basados en evidencia científica, podamos abordar una política de lago plazo y darle impulso a esta urgente agenda del bosque?
Le hace muy mal a Chile no hablar de ello.